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lunes, 18 de julio de 2011

Reseña: Death Cab For Cutie – Codes and Keys




Death Cab For Cutie, cada vez que lanza una nueva producción, tiene una tarea complicada pero no imposible que es, básicamente, superar lo que ha hecho en sus anteriores lanzamientos. Esta vez, 15 años después de su nacimiento como agrupación, lanzaron Codes and Keys, que se puso a la venta el 31 de mayo pasado a través del sello Atlantic. Un álbum que luce, al menos, un poco más adulto que sus anteriores discos. Lógicamente esto no es, en principio, ni bueno ni malo sino, diferente. Vamos a ir viendo qué nos brindaron estos estadounidenses en su último LP.

A diferencia de Narrow Stairs, que fue el anterior LP que lanzó Death Cab For Cutie en el 2008 y donde lo que predominaban eran las guitarras y canciones un tanto emo (sé que DCFC no es emo, pero imagino que los que lo siguen saben a lo que me refiero) aquí lo que predomina son los sintetizadores, experimentación y esa lírica relacionada al amor de la que Gibbard sabe tanto hablar y relatar.

Antes que entrar en detalle del sonido de la producción, hay que saber que Codes and Keys fue influenciado fuertemente por Another Green World de Brian Eno y, según el mismo Ben Gibbard comentó, lo hicieron en una época de su vida donde la familia para ellos es lo más importante y que haber estado alejados por poco más de un mes no fue algo que les haya hecho bien. Además aseguró que no es un álbum lleno de guitarras sino más bien de teclados vintage y con mucho juego de paletas de sonidos pre-armadas.

Todo esto que hicieron los muchachos de DCFC generó que la producción sea diferente a su catálogo y presentó un sonido mucho más suave del que estamos acostumbrados aunque con melodías igual de pegadizas que lo que escuchamos habitualmente. Muchos arreglos, sonidos que se superponen y beats que nos darán ganas de mover el esqueleto. Todo sin perder la esencia que lograron generar todos estos años. Pero si bien el sonido sigue reconociéndose, es cierto que, desde que llegaron al mainstream y se hicieron conocidos en todo el mundo después del lanzamiento de Transatlanticism en el 2003, este es su disco más popero.

“You Are a Tourist”, uno de los cortes más interesantes de Codes and Keys tiene en el sonido la marca registrada de DCFC. Cuando lo escuchen se darán cuenta por qué lo digo. Una batería que, quizás, es el instrumento más importante del track, Gibbard entrando con esa voz de post-adolescente y un sonido que va conformándose poco a poco convirtiéndose en uno solo.

El piano es el protagonista en “Home is a Fire” y los sintetizadores los coprotagonistas que se llevan en galardón de oro en esta entrega de premios musicales. Es un tema tranquilo, pacífico y progresivo que te hace pensar que en algún momento explotará y terminarán con unos beats rítmicos como si se tratase de una canción electrónica. No lo es, es una especie de balada del siglo XXI.

La canción que le da nombre a la producción también es de las más bellas. Otro tema tranquilo con el sello de Death Cab For Cutie con repeticiones de la voz de Gibbard en el fondo y una batería con un ritmo constante y potente. También con mucha onda y un groove único. La frutilla del postre se lo llevan los violines que, vergonzosamente, se van uniendo a “Codes and Keys”.

Pero hay mucho más en esta producción de la cual no cambiaría nada no porque no haya cosas que no me agraden (siempre lo hay en los discos) sino porque en Codes and Keys muestra una evolución natural en DCFC que permite divisar el crecimiento no sólo como artistas y como expertos en lo que a la música respecta sino también como pesarosas. Lo que piensan, lo que les interesa y en lo que se preocupan los cuatro miembros de la agrupación de Washington se puede escuchar a través de sus letras y sonidos.

8/10

Fecha de lanzamiento: 01/05/2011
Discográfica: Atlantic
Compra el disco: Amazon
Tres canciones destacadas: “You Are a Tourist”, “Portable Television” y “Stay Young, Go Dancing”



Sonisphere España: Iron Maiden o un mito viviente

La primera jornada de Sonisphere España 2011 acabó con un mal sabor de boca ocasionado por el polvo y The Darkness, aunque afortunadamente hubo fiesta en la carpa DJ con grandes clásicos del metal que sonaron hasta las 7 de la mañana. Mientras tanto, en la zona de acampada las olas de gritos neandertales surgían cuando a alguien le daba por gritar. La respuesta era inmediata. Un grito se multiplicaba por todo el pinar en cuestión de segundos. Y es que lo de descansar era algo secundario, aunque luego los efectos se notaron al día siguiente.

Así, la resaca y el cansancio eran los dos principales estados de ánimo que tenían los que hicieron noche en el Cerro de los Ángeles de Getafe. Pero había ganas de rock y de disfrutar con los grupos de la segunda jornada. Era el día grande y se esperaba con ansia a más de un grupo, aunque Iron Maiden estuviese en todas las papeletas.

Bochornoso fue que Hammerfall, uno de los grupos de power metal más importante de los últimos años, inaugurase la segunda jornada a las tres de la tarde y bochornoso fue porque a esa hora de un 16 de julio no es para ponerse al sol y ver un concierto. A pesar de ello, la gente quería ver a Joacim Cans y compañía y el ambiente fue de fiesta total. A ello ayudaron los himnos del grupo que hicieron cantar a todos los allí presentes. La locura máxima se desató con “Hearts On Fire”, un cañón en directo.

A una hora no mucho más adecuada llegó el grupo estadounidense Mastodon. La potencia y contundencia sonora fueron los dos pilares básicos de su actuación, aunque el público no disfrutó tanto como con Hammerfall. Es lógico teniendo en cuenta que es una propuesta musical diferente, menos directa y más técnica. Aún así, quedó patente el buen momento de forma del grupo.

Tras una espera de tiempo considerable salieron al escenario los finlandeses de Apocalyptica, ese grupo que tiene sus cellos como guitarras eléctricas. Si no fuera por las canciones de Metallica que tocaron (“Seek And Destroy”, “Master Of Puppets” o “Nothing Else Matters”), habría sido una actuación algo indiferente y que no dejaría de ser curiosa por el tema de los cellos. Sin embargo, su concierto estuvo bien para animar al público.

Por desgracia, no mucha gente se enteró de la actuación del grupo de versiones Glass of Glory. Después de la actuación de Apocalyptica y con más de media hora por delante, sirvieron muy bien para amenizar la espera a los que se encontraban en el lado izquierdo del escenario. Allí, cerca de la zona de prensa, el grupo alemán tocó a ras de suelo sus versiones folk-polka de clásicos como “The Final Countdown” de Europe o “Ace Of Spades” de Motörhead. Deberían haber tocado en más de una ocasión.

Precisamente lo contrario consiguió Dream Theater. Había mucha expectación por ver al nuevo baterista del grupo, Mike Mangini, detrás del enorme set de platos, bombos y timbales. Sin embargo, la actuación tan técnica y tan perfecta de la banda solo convenció a los verdaderos seguidores de la banda. Para los demás ya había comenzado la cuenta atrás para Iron Maiden y si había que soportar largos temas de siete minutos para arriba no era problema con tal de no perder un buen sitio. Dream Theater es para sus seguidores, no para un festival de esta índole.

Y por fin llegó la hora para la mayor parte de personas que estaban en el recinto. Iron Maiden salió a comerse el escenario desde el minuto uno, con sus componentes moviéndose constantemente y con un Bruce Dickinson que clavó los temas y que animó como el que más a las 40.000 personas que estaban mirándole.

Se pueden poner pocas pegas a la actuación del grupo. El sonido estuvo muy bien, la escenografía y el juego de luces eran espectaculares -en la primera parte del concierto el telón de fondo llegó a cambiarse una vez por cada canción, hasta cinco o seis veces- y la gente estaba como loca de ver en directo a Iron Maiden. Cada uno de sus temas fue recibido como un verdadero clásico y eso solo significa que la banda en sí es un mito viviente, algo de lo que pocos pueden presumir.

Objetivamente se podría decir que el repertorio escogido no estuvo bien distribuido, ya que hubo demasiados parones. Así, la falta de continuidad fue evidente cuando después de “2 Minutes To Midnight” sonaba la larguísima “The Talisman” o cuando la balada “Blood Brothers” fue seguida por la excesivamente tranquila y larga “When The Wild Wind Blows”. Además, por temas de tanta duración se quedaron en el tintero clásicos como “Run To The Hills” o “Phantom Of The Opera”, algo imperdonable para muchos.

En cualquier caso, las sonrisas y el placer eran las sensaciones generales que se palpaban entre el público. Y eso es lo que cuenta al final, que la gente se marche satisfecha.

Éstas fueron las canciones que Iron Maiden tocó (podéis escucharlas en la lista que he creado en Spotify y Grooveshark):

  1. “Satellite 15… The Final Frontier”
  2. “El Dorado”
  3. “2 Minutes to Midnight”
  4. “The Talisman”
  5. “Coming Home”
  6. “Dance of Death”
  7. “The Trooper”
  8. “The Wicker Man”
  9. “Blood Brothers”
  10. “When the Wild Wind Blows”
  11. “The Evil That Men Do”
  12. “Fear of the Dark”
  13. “Iron Maiden”
  14. “The Number of the Beast”
  15. “Hallowed Be Thy Name”
  16. “Running Free”

Después de Iron Maiden llegaron Twisted Sister, Uriah Heep y Lacuna Coil. Los tres mantuvieron viva la fiesta hasta altas horas de la madrugada, aunque el cansancio ya hacía mella y había mucha gente sentada. Fue un final bastante decente, aunque después de Iron Maiden los rockeros ya se preguntaban cuándo volvería a tocar el grupo en España.

En conclusión, Sonisphere España 2011 fue un éxito en la parte musical -aunque podría haberlo sido mucho más-, pero que mostró carencias organizativas que deberían mejorarse para futuras ediciones. Y mejorar no es lo mismo que paliar, porque es cierto que se instaló césped artificial, túneles con agua nebulizada y zonas de sombra, pero no fueron ni de lejos suficientes para las 70.000 personas que llenaron -y empolvaron- el recinto. Quizá el problema es que ni los propios organizadores se esperaban tanta gente.

La pregunta que queda en el aire ahora es si la próxima edición del Sonisphere volverá a celebrarse en Getafe, porque ya se sabe que en este tipo de casos los problemas se solucionan de raíz. Si hay que aclimatar demasiado el recinto, quizá se busque otro mejor en otra ciudad antes que invertir en mejoras, pero la verdad que la ubicación actual está bien comunicada y con poca inversión puede ser excelente.

Foto Iron Maiden: Eduard Tuset (Rolling Stone)
Foto Iron Maiden 2: Daniel Garrido (Rafabasa.com)


Sonisphere España: la nostalgia de Slash

La ciudad madrileña de Getafe ha acogido por segundo año consecutivo la edición española del festival itinerante Sonisphere. Primero, en 2009, le tocó el turno a Barcelona y después se decidió desplazar el evento al centro exacto de la península Ibérica, el Cerro de los Ángeles. En un contacto directo con la naturaleza más de 70.000 personas, según datos ofrecidos por la propia organización, han podido ver a muchos de los grupos más punteros de la escena del metal actual. Sin embargo, el plato fuerte era Iron Maiden, un mito viviente que llenó las calles de Getafe de camisetas negras, vaqueros y pulseras con pinchos. Y sobre todo, con todo tipo de merchandising con la figura de Eddie, una de las “mascotas” más exitosas de la música contemporánea.

El balance general que se puede hacer de Sonisphere España es muy bueno, sobre todo si tenemos en cuenta que el cartel confeccionado no llegaba a la altura de las ediciones hermanas del resto de países europeos y que la organización no ha estado a la altura, pecando sobremanera de insensatez. Las previsiones meteorológicas ya señalaban temperaturas altas para la jornada del viernes y más aún para la del sábado y, a pesar de ello, los horarios de las actuaciones rozaban el despropósito; el terreno del recinto, aunque se incluyeron mejoras con algo de césped artificial, está formado de tierra y arena y era inevitable que miles de personas moviéndose y saltando al mismo tiempo produjeran una nube de polvo insana para los pulmones, para los ojos y para la higiene en general. Los precios de comida, bebida y merchandising eran abusivos e insuficientes. No es normal que una persona tarde media hora de reloj en conseguir un mini de cerveza -y todo ello por un “módico” precio de 9 €-.

Pero, como digo, si el balance es tan bueno es por la música. Los que se llenan de polvo y los que se queman la piel al sol no son los organizadores, sino las miles de personas que olvidan todas las penurias por disfrutar de un buen concierto y de un ambiente distendido y proclive a la diversión. Afortunadamente, de ambas cosas hubo en Sonisphere España. Hagamos un breve repaso del viernes 15 de julio.

La primera jornada de la edición española de Sonisphere era como un hijo no deseado. Fue un parche para acallar las críticas de un cartel que no convencía del todo. Al final, el remedio no resultó tan malo como podría haber sido, pero lo cierto es que los grupos no respondían a la demanda de música actual y eso acaba notándose en el público. Ni las ganas y el buen hacer de los rockeros Bullet, ni la agresividad, la caña y la tendencia a provocar circle pits de los españoles Angelus Apatrida, ni unos desconocidos Valient Thorr consiguieron hacer olvidar a los presentes el calor y la nube de polvo. El público estaba más pendiente de las mangueras de agua que rocíaban a las primeras filas que de la música.

Con Gojira y un sol fugitivo el ambiente se quedó demasiado frío. Su propuesta musical es innovadora y la técnica de sus componentes es impresionante, pero la falta de unos estribillos claros y una música de por sí muy sesuda no lograron conectar con el respetable. Eso sí, la actuación fue musicalmente impecable. Esta banda francesa asegura el futuro del death metal melódico.

A la mejor hora, a eso de las 22.30, llegó al escenario el grupo español Sôber. Sus miembros han reaparecido juntos este año después de un tiempo dedicado a otros proyectos y han traido un nuevo disco -Superbia- debajo del brazo. No se olvidaron de presentar temas como el que da nombre al disco, “Fantasma” o “Tic Tac”. Este último es la prueba de que muchas veces los singles son mal elegidos porque la gente estuvo muy apagada mientras sonaba. Sin embargo, los clásicos de la banda de Carlos Escobedo como “La Nube”, “Diez Años”, “Arrepentido”, “El Hombre de Hielo” o “Loco” hicieron corear a las masas. Además, se agradece la puesta en escena de los madrileños, con un interesante juego de luces y con elementos que se salen de lo normal -como la Ô con luz propia al fondo- y que le dan otro toque al concierto.

Para romper algunos huesos y hacer correr la sangre llegaron los suecos Arch Enemy. Con esas palabras lo expresaba su vocalista, Angela Gossow, que de ángel tiene poco. Sus guturales inundaron el recinto del Sonisphere y dejaron pasmados a miles de asistentes que no se explicaban de dónde venía tal voz. En la reseña de su más reciente disco me pregunté qué tal funcionarían los nuevos temas en directo y la verdad que la respuesta es muy positiva. Ganan mucho, aunque nada comparable a su hit indiscutible “Nemesis” que puso patas arriba al Cerro de los Ángeles. Por cierto, el guitarrista y principal compositor de Arch Enemy, Michael Amott, se lució a pesar de los problemas que tuvo con alguna de sus guitarras.

Y para cerrar la noche -no vi a The Darkness y parece que no me perdí mucho- llegó el señor Hudson con su gorrito y su Les Paul. El nombre de Slash siempre ha ido irremediablemente asociado a esos dos símbolos y al grupo que le dio la fama, Guns N’ Roses. Sin embargo, el propio guitarrista quiere alejarse de esto y por eso ha puesto tanto empeño en su carrera en solitario. Con un soberbio disco como es Slash, es imperdonable que de las 12 canciones que interpretó el artista, solo 4 pertenecieran a dicha obra. Así es muy difícil quitarse el calificativo de “guitarrista de Guns”.

En cualquier caso, la banda que lleva en directo Slash es memorable, si bien es cierto que, salvando al bueno de Myles Kennedy, el resto parecen meros robots ejecutando canciones. Faltó algo de contacto y actitud hacia el público, pero temas como “Nightrain”, “Sweet Child O’ Mine” o “Paradise City” son pólvora para el público. Fue muy destacado el papel de Kennedy a la voz, que demostró su gran versatilidad en canciones que van desde los agudos hirientes de Axl Rose a los cálidos tonos medios de Velvet Revolver. Flaqueó un poco en “Promise”, con alguna nota insegura en el estribillo, pero dejó claro que es un cantante excelente.

Sobre Slash hay poco que decir. Lleva muchos años en la música y tiene su estilo propio, que permanece inalterable en cada concierto. Sus poses y sus solos son de sobra conocidos. La gente espera precisamente lo que Slash da. Por eso, no se le puede pedir mucho más. Quizá que sea más espontáneo y natural, aunque si no lo es ya, es muy difícil que lo llegue a ser en el futuro.

Éstas fueron las canciones del concierto de Slash:

01 - “Ghost”
02 - “Mean Bone” (Slash’s Snakepit)
03 - “Nightrain” (Guns N’ Roses)
04 - “Rocket Queen” (Guns N’ Roses)
05 - “Civil War” (Guns N’ Roses)
06 - “Back From Cali”
07 - “Promise”
08 - “Nothing To Say”
09 - “My Michelle” (Guns N’ Roses)
10 - “Slither” (Velvet Revolver)
11 - “Sweet Child O’ Mine” (Guns N’ Roses)
12 - “Paradise City” (Guns N’ Roses)

Por último, sobre The Darkness me han dicho que ofreció un espectáculo ridículo. Al parecer a Justin Hawkins y compañía les falta rodaje como grupo y desafinar menos. Habrá que estar pendientes de su nuevo disco y de qué recepción tiene en el resto del mundo, pero no me da la sensación de que vaya a ser uno de los regresos del año.

Foto Slash: Eduard Tuset (Rolling Stone)
Foto Slash 2: Daniel Garrido (Rafabasa.com)


Yob por primera vez en España

Yob, una de las bandas de culto más importantes del doom metal en el ámbito mundial, ha anunciado que visitará España por primera vez desde que comenzara su carrera musical allá por el año 1999.

El trío, que tuvo un momento de crisis en el 2006 cuando anunciaron su separación, está listo para presentar al mundo su nueva producción bajo el título de Atma, la cual será publicada el próximo 16 de agosto en los Estados Unidos y el 22 en el Reino Unido a través de Profound Lore. Esta de hecho será la segunda placa que el grupo edite desde su regreso en el 2009, por lo que las expectativas son muchas, especialmente si recordamos que su anterior producción fue considerada como uno de los mejores discos de metal de ese año.

Así, los españoles tendrán oportunidad de escuchar algunas de las nuevas canciones en las primeras presentaciones que el grupo realice en este país el próximo octubre. La banda se hará acompañar de Dark Castle y Kongh en esta pequeña gira que tendrá su primera parada en Barcelona, donde la banda se presentará en la sala Be Cool el 4 de octubre. Un día después, el miércoles 5 de octubre, el grupo realizará una presentación en la Sala Ritmo y Compás de Madrid. Los boletos para ambas fechas tienen un costo de 14 euros en compra anticipada y 17 euros en taquilla y los pueden comprar a través de Ticketea.com.

Sin duda una gran oportunidad para poder ver a un grupo que nunca ha hecho ninguna concesión a la comercialidad y que ha logrado presentarse en los más importantes festivales del género en Europa. Añádanle a esto que llegarán con nueva producción bajo el brazo y que será su primera presentación en el país para confirmar que esta es una visita que no pueden perderse.



Kasabian estrena el video de su nuevo sencillo

Como les confirmamos en su momento, el próximo 16 de septiembre será el día en el que tengamos en nuestras manos y reproductores el nuevo disco de Kasabian titulado Velociraptor!, un álbum muy esperado luego del gran éxito que fue su anterior producción y del que la banda ya ha presentado algunos adelantos.

De hecho, el primer tema que pudimos escuchar de esta nueva producción fue “Switchblade Smile”, un track cuyo título está inspirado por las palabras que Morgan Freeman dio en alguna entrevista y que según ha dicho Sergio Pizzorno, la intención era que sonara energético, caótico y por lo visto bastante saturado, además de ser algo mucho más fuerte de lo que la banda nos tiene acostumbrados, aunque no por eso deja de ser bastante disfrutable.

Elegida como primer sencillo, esta canción no podía dejar de tener un video promocional, que la banda presentó este fin de semana a través de su página oficial y que fue producido por Charlie Lightening y realizado por el diseñador conceptual Aitor Throup.

El video parte de la idea clásica y recurrente de presentar a la agrupación tocando la canción, aunque el director utilizó en este caso algunos trucos como el slow motion, iluminación roja, tiros de cámara diversos y trucos para que parezca que sus integrantes están levitando. El resultado es interesante, bastante limpio en cuanto a presentación visual, pero la verdad es que a mi esta clase de videos siempre me dejan preguntando porqué las bandas no pueden echarle un poco más de creatividad al asunto, especialmente si cuentan con los bolsillos de una disquera bien establecida. Vaya, no les costaría nada invertir en una buena historia, porque esto de ver a la banda tocando un tema ya lo hemos visto demasiadas veces. En fin, la verdad es que la canción es bastante buena, y sólo por eso vale la pena echarle una ojeada a este video promocional.



Reseña: Beyoncé - 4


En la portada de 4, el cuarto álbum de su carrera, Beyoncé posa vestida como una de las bailarinas plumíferas que acompañan a Kanye West en los videos musicales y presentaciones en vivo de las canciones de su última placa de estudio, My Beautiful Dark Twisted Fantasy (2010), una de las obras cumbres del pop urbano con percusiones tribales y sampleos vocales ancestrales. Sin embargo, cuando uno escucha el disco, no llega a encontrar casi ningún tema comparable a “Run The World (Girls)”, el sencillo que utilizó un sonido similar a ese para promocionarlo en instancias previas a su lanzamiento.

Quien es engañado por aquella canción, más tarde descarta completamente la teoría de que la cantante se colgó del rebufo del rapero, pues llega allí y se encuentra con un aluvión de baladas. ¿Dónde está Sasha Fierce? Murió. Poco tiempo después de editada su primera colaboración con Lady Gaga, una nueva versión de “Video Phone”, declaró a la revista Allure que asesinó a su alter ego, la protagonista conceptual de los momentos salvajes de I am… Sasha Fierce (2008). “He crecido y ahora soy capaz de ser una sola”, aseguró.

En este caso, todo eso no debería ser necesariamente algo malo: los lentos de Beyoncé tienen un encanto que puede hacerlos rendir buenos resultados durante los momentos melancólicos de todo disco pop, ya sea por la humanidad y la intimidad de sus letras, la elegancia de la arquitectura del sonido o la sutileza con la que se encuentra atenuado el elemento sexual de su música. El problema viene cuando la sucesión de una gran cantidad de material en calidad de balada convierte al disco en un letargo y los intentos de volver al ruedo en cuestiones rítmicas fallan.

En reiteradas ocasiones, las cosas salen bien: en “1+1” y “Rather Die Young”, la cantante acompaña transgénicas piezas de rythm and blues con algunas de las interpretaciones vocales más sobresalientes de su carrera. En otras (como “End Of Time” o “Countdown”), su ya unificada personalidad se encierra en canciones movidas que no llegan ni a pisarle los talones a algunos de sus anteriores éxitos. Es así que el ya citado “Run The World”, que es sin dudas uno de los himnos de este año, es una canción inigualable que se presenta como el último track.

Al revisar el booklet, no sorprende que en los temas que componen aquella primera categoría esté acreditado un plantel en el que podemos encontrar a The-Dream y a Luke Steele (de Empire Of The Sun), y en el segundo a otros como Ryan Tedder, Diplo y Switch. Lo que sí lo hace es el hecho de que la canción que contó con la autoría de Kanye (“Party”, donde colabora Andre 3000) esté dentro de la larga lista de cosas que quedaron a medias.

5/10

Fecha de lanzamiento: 24/06/2011
Discográfica: Sony Music
Compra el disco: Amazon
Tres canciones destacadas: “Run The World (Girls)”, “Rather Die Young” y “1+1”



Los Red Hot Chili Peppers estrenan el primer sencillo de su nuevo disco

Como ya les había platicado Adrián, los Red Hot Chili Peppers habían anunciado hace algunas semanas que el primer sencillo de su nuevo disco sería la canción “The Adventures of Rain Dance Maggie”, tema que sería presentado oficialmente al mundo este próximo lunes 18 de julio.

Sin embargo, hay que considerar que la expectativa era mucha, especialmente si tomamos en cuenta que fue en 2006 cuando la banda editó su último álbum y que esta placa será la primera que el cuarteto presente sin John Frusciante entre sus filas. Así las cosas, ya estábamos preparándonos para oír el primer adelanto de I’m With You este lunes a primera hora cuando algo vino a arruinar los planes del grupo. ¿Qué fue lo que pasó? Pues lo que ya es común en estos días: alguien consiguió hacerse del sencillo y se filtró de inmediato a la internet, lo que obligó a la banda a adelantar su lanzamiento y presentarlo oficialmente este fin de semana para evitar que una mala copia pudiera arruinar de un plumazo su muy esperado regreso musical.

Y así, sin más, ya podemos escuchar el tema que marca el regreso de una de las bandas populares del mundo. ¿Qué pueden esperar? Primero, un cencerro haciendo de las suyas a través de toda la canción, seguido de un bajeo bastante decente, la batería siempre precisa y al nuevo guitarrista, Josh Klinghoffer, haciendo su trabajo sin demasiado escándalo, pues en general este es un track con el sonido ya conocido, querido y probado de la banda. Un tema bastante genérico, extremadamente radial y pegajoso.

Personalmente creo que es uno de los sencillos más flojos que le he escuchado a la banda en mucho tiempo, salvable sólo por el hecho de que este no es cualquier grupo y la verdad es que el derecho de piso siempre pesa a la hora de un nuevo lanzamiento. El track conserva todas las cualidades que han hecho de esta banda una de las consentidas del mundo del rock y de hecho tiene hechuras llena-estadios, lo cual por supuesto siempre es un plus para el verano.

Supongo que al final el tema funcionará simplemente porque muestra lo que esta agrupación ha logrado en estas más de dos décadas de vida artística: labrar un sonido propio e inconfundible. Por lo pronto, el sencillo comenzará venderse oficialmente este próximo lunes en formato digital y el 22 de julio en CD. Para oírlo, simplemente tienen que ir a la página de la KROQ, estación que el grupo escogió para revelar, de manera oficial, su nuevo lanzamiento. Escúchenlo y dennos su veredicto.


Fuente cucharasonica.com

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